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sábado, 26 de febrero de 2011
CONTAMINACION DEL AGUA
CONTAMINACION DEL AGUA
Las principales actividades que contaminan el agua son: la industria, la agricultura, la ganadería, y los usos urbanos y domésticos.
La contaminación industrial se debe al uso que del agua se hace en los procesos industriales: lavado de maquinaria y productos, enfriamiento, arrastre de las materias primas sobrantes, etc. Una forma de contaminación indirecta es a través de las partículas que son expulsadas al aire. Estas partículas terminan por precipitarse, o incorporarse al agua dentro de las gotas de lluvia.
La contaminación agrícola se produce por medio de un uso excesivo de abonos, especialmente los abonos nitrogenados, que reducen considerablemente el oxígeno del agua. Aquella parte del abono que no se emplea en el crecimiento de las plantas es arrastrado por las aguas, contaminándolas.
También la ganadería es un agente contaminante importante, sobre todo en ciertos puntos. La ganadería como agente contaminante aparece con la estabulación y las explotaciones intensivas. Los principales problemas de contaminación provienen de los purines animales, muy difíciles de eliminar, y que ya no se emplean, como antaño, para abono de las tierras.
La contaminación doméstica se debe al uso en el hogar de detergentes, grasas y el aseo personal y del hogar. Se trata de productos variados y de muy diferentes características. Los residuos urbanos terminan en basureros, que suelen estar al aire libre. El agua que circula a través de ellos, agua de lluvia principalmente, termina muy contaminada por diversos productos.
La contaminación urbana se debe a usos del agua para higiene de la ciudad. En ese proceso arrastra polvo, grasas, gasolinas y otros líquidos de los vehículos, junto con otros desperdicios urbanos. Los humos de vehículos a motor y calefacciones se mezclan con el agua atmosférica y son arrastrados al suelo como lluvia ácida.
La sobreexplotación de los acuíferos genera, también, la contaminación de estos, especialmente si están dentro del ámbito de las filtraciones marinas. Cuando el nivel del acuífero queda por debajo del nivel de recarga, el agua procedente de otros lugares, que puede estar contaminada rellena el acuífero contaminándolo por completo. Este mecanismo es especialmente peligroso en las inmediaciones de la zonas industriales y los basureros.
Como el resto del agua presente en las tierras emergidas, el agua contaminante también termina bien en acuíferos, que quedan inutilizables para el ser humano, bien en lagos bien en el mar. Las zonas próximas a la costa presentan niveles de contaminación preocupantes en la mayoría de los países desarrollados.
Muchos son los productos que pueden contaminar el agua. Los más peligrosos son los metales pesados (mercurio, plomo, cinc, etc.), porque son bioacumulables, y entran a formar parte de la cadena trófica si esta agua es usada para regar o dar de beber a los animales. Detreminados productos químicos de uso común como los detergentes e insecticidas son tóxicos y cancerígenos. También aparecen entre el agua contaminada restos de medicamentos sobrantes, que terminan en el desagüe. Entre los contaminantes químicos el principal es el nitrato, que procede de fertilizantes y abonos químicos. El arsénico es uno de los contaminantes más peligrosos, ya que en pequeñas dosis puede ser letal. Proceder de la disolución de determinadas rocas, pero también de su uso para determinados procesos industriales. El mercurio es un metal muy contaminante, y que una vez en el organismo no se elimina. Hasta la década de 1980 era frecuente el uso del mercurio en diversos utensilios domésticos, como los termómetros. También aparece en la composición de la sosa cáustica, pero por su gran peligro en la actualidad está prohibido su uso. El aluminio es un metal muy común en nuestros días. Su extendido uso hace que esté presente en el agua. El cobre es uno de los elementos más utilizados en la industria, y está presente en todos los hogares.: cableado eléctrico, piezas de máquinas, utensilios de cocina, insecticidas, pinturas, fertilizantes, y alimentos, ya que es un nutriente esencial para el cuerpo, en dosis adecuadas. El plomo es un contaminante muy peligroso, sobre todo por su fácil oxidación. Muchas casas antiguas aún tienen cañerías de plomo, por las que circula el agua. El flúor y el cloro también están presentes en las aguas. Son un elemento esencial para su potabilización, pero en exceso pueden producir problemas de salud.
Las aguas contaminadas procedentes de los hogares, industria y ciudades es canalizada a través de alcantarillas de aguas residuales hacia las depuradoras, donde por diversos procesos recupera gran parte de sus propiedades naturales.
EFECTO INVERNADERO
EFECTO INVERNADERO
En pequeñas concentraciones, los gases de invernadero son vitales para nuestra supervivencia. Cuando la luz solar llega a la Tierra, un poco de esta energía se refleja en las nubes; el resto atraviesa la atmósfera y llega al suelo. Gracias a esta energía, por ejemplo, las plantas pueden crecer y desarrollarse.
puede devolver la energía en forma de luz y calor. Por eso la envía de una manera diferente, llamada "infrarroja". Un ejemplo de energía infrarroja es el calor que emana de una estufa eléctrica antes de que las barras comiencen a ponerse rojas.
Los gases de invernadero absorben esta energía infrarroja como una esponja, calentando tanto la superficie de la Tierra como el aire que la rodea. Si no existieran los gases de invernadero, el planeta sería ¡cerca de 30 grados más frío de lo que es ahora! En esas condiciones, probablemente la vida nunca hubiera podido desarrollarse. Esto es lo que sucede, por ejemplo, en Marte.
En el pasado, la Tierra paso diversos periodos glaciales. Hoy día quedan pocas zonas cubiertas de hielo. Pero la temperatura mediana actual es solo 4 ºC superior a la del ultimo periodo glacial, hace 18000 años.
Marte tiene casi el mismo tamaño de la Tierra, y está a una distancia del Sol muy similar, pero es tan frío que no existe agua líquida (sólo hay hielo), ni se ha descubierto vida de ningún tipo. Esto es porque su atmósfera es mucho más delgada y casi no tiene gases de invernadero. Por otro lado, Venus tiene una atmósfera muy espesa, compuesta casi en su totalidad por gases de invernadero. ¿El resultado? Su superficie es 500ºC más caliente de lo que sería sin esos gases.
Por lo tanto, es una suerte que nuestro planeta tenga la cantidad apropiada de gases de invernadero.
El efecto de calentamiento que producen los gases se llama efecto invernadero: la energía del Sol queda atrapada por los gases, del mismo modo en que el calor queda atrapado detrás de los vidrios de un invernadero.
En el Sol se producen una serie de reacciones nucleares que tienen como consecuencia la emisión de cantidades enormes de energía. Una parte muy pequeña de esta energía llega a la Tierra, y participa en una serie de procesos físicos y químicos esenciales para la vida.
Prácticamente toda la energía que nos llega del Sol está constituida por radiación infrarroja, ultravioleta y luz visible. Mientras que la atmósfera absorbe la radiación infrarroja y ultravioleta, la luz visible llega a la superficie de la Tierra. Una parte muy pequeña de esta energía que nos llega en forma de luz visible es utilizada por las plantas verdes para producir hidratos de carbono, en un proceso químico conocido con el nombre de fotosíntesis. En este proceso, las plantas utilizan anhídrido carbónico y luz para producir hidratos de carbono (nuevos alimentos) y oxígeno. En consecuencia, las plantas verdes juegan un papel fundamental para la vida, ya que no sólo son la base de cualquier cadena alimenticia, al ser generadoras de alimentos sino que, además, constituyen el único aporte de oxígeno a la atmósfera.
En la fotosíntesis participa únicamente una cantidad muy pequeña de la energía que nos llega en forma de luz visible. El resto de esta energía es absorbida por la superficie de la Tierra que, a su vez, emite gran parte de ella como radiación infrarroja. Esta radiación infrarroja es absorbida por algunos de los componentes de la atmósfera (los mismos que absorben la radiación infrarroja que proviene del Sol) que, a su vez, la remiten de nuevo hacia la Tierra. El resultado de todo esto es que hay una gran cantidad de energía circulando entre la superficie de la Tierra y la atmósfera, y esto provoca un calentamiento de la misma. Así, se ha estimado que, si no existiera este fenómeno, conocido con el nombre de efecto invernadero, la temperatura de la superficie de la Tierra sería de unos veinte grados bajo cero. Entre los componentes de la atmósfera implicados en este fenómeno, los más importantes son el anhídrido carbónico y el vapor de agua (la humedad), que actúan como un filtro en una dirección, es decir, dejan pasar energía, en forma de luz visible, hacia la Tierra, mientras que no permiten que la Tierra emita energía al espacio exterior en forma de radiación infrarroja.
A partir de la celebración, hace algo más de un año, de la Cumbre para la Tierra, empezaron a aparecer, con mayor frecuencia que la habitual en los medios de comunicación, noticias relacionadas con el efecto invernadero. El tema principal abordado en estas noticias es el cambio climático. Desde hace algunas décadas, los científicos han alertado sobre los desequilibrios medioambientales que están provocando las actividades humanas, así como de las consecuencias previsibles de éstos.
En lo que respecta al efecto invernadero, se está produciendo un incremento espectacular del contenido en anhídrido carbónico en la atmósfera a causa de la quema indiscriminada de combustibles fósiles, como el carbón y la gasolina, y de la destrucción de los bosques tropicales. Así, desde el comienzo de la Revolución Industrial, el contenido en anhídrido carbónico de la atmósfera se ha incrementado aproximadamente en un 20 %. La consecuencia previsible de esto es el aumento de la temperatura media de la superficie de la Tierra, con un cambio global del clima que afectará tanto a las plantas verdes como a los animales. Las previsiones más catastrofistas aseguran que incluso se producirá una fusión parcial del hielo que cubre permanentemente los Polos, con lo que muchas zonas costeras podrían quedar sumergidas bajo las aguas. Sin embargo, el efecto invernadero es un fenómeno muy complejo, en el que intervienen un gran número de factores, y resulta difícil evaluar tanto el previsible aumento en la temperatura media de la Tierra, como los efectos de éste sobre el clima.
Aún cuando no es posible cuantificar las consecuencias de éste fenómeno, la actitud más sensata es la prevención. El obtener un mayor rendimiento de la energía, así como el utilizar energías renovables, produciría una disminución del consumo de combustibles fósiles y, por lo tanto, de nuestro aporte de anhídrido carbónico a la atmósfera. Esta prevención también incluiría la reforestación, con el fin de aumentar los medios naturales de eliminación de anhídrido carbónico. En cualquier caso, lo importante es ser conscientes de cómo, en muchas ocasiones, nuestras acciones individuales tienen influencia tanto sobre la atmósfera como sobre la habitabilidad del planeta.
Los gases de invernadero absorben esta energía infrarroja como una esponja, calentando tanto la superficie de la Tierra como el aire que la rodea. Si no existieran los gases de invernadero, el planeta sería ¡cerca de 30 grados más frío de lo que es ahora! En esas condiciones, probablemente la vida nunca hubiera podido desarrollarse. Esto es lo que sucede, por ejemplo, en Marte.
En el pasado, la Tierra paso diversos periodos glaciales. Hoy día quedan pocas zonas cubiertas de hielo. Pero la temperatura mediana actual es solo 4 ºC superior a la del ultimo periodo glacial, hace 18000 años.
Marte tiene casi el mismo tamaño de la Tierra, y está a una distancia del Sol muy similar, pero es tan frío que no existe agua líquida (sólo hay hielo), ni se ha descubierto vida de ningún tipo. Esto es porque su atmósfera es mucho más delgada y casi no tiene gases de invernadero. Por otro lado, Venus tiene una atmósfera muy espesa, compuesta casi en su totalidad por gases de invernadero. ¿El resultado? Su superficie es 500ºC más caliente de lo que sería sin esos gases.
Por lo tanto, es una suerte que nuestro planeta tenga la cantidad apropiada de gases de invernadero.
El efecto de calentamiento que producen los gases se llama efecto invernadero: la energía del Sol queda atrapada por los gases, del mismo modo en que el calor queda atrapado detrás de los vidrios de un invernadero.
En el Sol se producen una serie de reacciones nucleares que tienen como consecuencia la emisión de cantidades enormes de energía. Una parte muy pequeña de esta energía llega a la Tierra, y participa en una serie de procesos físicos y químicos esenciales para la vida.
Prácticamente toda la energía que nos llega del Sol está constituida por radiación infrarroja, ultravioleta y luz visible. Mientras que la atmósfera absorbe la radiación infrarroja y ultravioleta, la luz visible llega a la superficie de la Tierra. Una parte muy pequeña de esta energía que nos llega en forma de luz visible es utilizada por las plantas verdes para producir hidratos de carbono, en un proceso químico conocido con el nombre de fotosíntesis. En este proceso, las plantas utilizan anhídrido carbónico y luz para producir hidratos de carbono (nuevos alimentos) y oxígeno. En consecuencia, las plantas verdes juegan un papel fundamental para la vida, ya que no sólo son la base de cualquier cadena alimenticia, al ser generadoras de alimentos sino que, además, constituyen el único aporte de oxígeno a la atmósfera.
En la fotosíntesis participa únicamente una cantidad muy pequeña de la energía que nos llega en forma de luz visible. El resto de esta energía es absorbida por la superficie de la Tierra que, a su vez, emite gran parte de ella como radiación infrarroja. Esta radiación infrarroja es absorbida por algunos de los componentes de la atmósfera (los mismos que absorben la radiación infrarroja que proviene del Sol) que, a su vez, la remiten de nuevo hacia la Tierra. El resultado de todo esto es que hay una gran cantidad de energía circulando entre la superficie de la Tierra y la atmósfera, y esto provoca un calentamiento de la misma. Así, se ha estimado que, si no existiera este fenómeno, conocido con el nombre de efecto invernadero, la temperatura de la superficie de la Tierra sería de unos veinte grados bajo cero. Entre los componentes de la atmósfera implicados en este fenómeno, los más importantes son el anhídrido carbónico y el vapor de agua (la humedad), que actúan como un filtro en una dirección, es decir, dejan pasar energía, en forma de luz visible, hacia la Tierra, mientras que no permiten que la Tierra emita energía al espacio exterior en forma de radiación infrarroja.
A partir de la celebración, hace algo más de un año, de la Cumbre para la Tierra, empezaron a aparecer, con mayor frecuencia que la habitual en los medios de comunicación, noticias relacionadas con el efecto invernadero. El tema principal abordado en estas noticias es el cambio climático. Desde hace algunas décadas, los científicos han alertado sobre los desequilibrios medioambientales que están provocando las actividades humanas, así como de las consecuencias previsibles de éstos.
En lo que respecta al efecto invernadero, se está produciendo un incremento espectacular del contenido en anhídrido carbónico en la atmósfera a causa de la quema indiscriminada de combustibles fósiles, como el carbón y la gasolina, y de la destrucción de los bosques tropicales. Así, desde el comienzo de la Revolución Industrial, el contenido en anhídrido carbónico de la atmósfera se ha incrementado aproximadamente en un 20 %. La consecuencia previsible de esto es el aumento de la temperatura media de la superficie de la Tierra, con un cambio global del clima que afectará tanto a las plantas verdes como a los animales. Las previsiones más catastrofistas aseguran que incluso se producirá una fusión parcial del hielo que cubre permanentemente los Polos, con lo que muchas zonas costeras podrían quedar sumergidas bajo las aguas. Sin embargo, el efecto invernadero es un fenómeno muy complejo, en el que intervienen un gran número de factores, y resulta difícil evaluar tanto el previsible aumento en la temperatura media de la Tierra, como los efectos de éste sobre el clima.
Aún cuando no es posible cuantificar las consecuencias de éste fenómeno, la actitud más sensata es la prevención. El obtener un mayor rendimiento de la energía, así como el utilizar energías renovables, produciría una disminución del consumo de combustibles fósiles y, por lo tanto, de nuestro aporte de anhídrido carbónico a la atmósfera. Esta prevención también incluiría la reforestación, con el fin de aumentar los medios naturales de eliminación de anhídrido carbónico. En cualquier caso, lo importante es ser conscientes de cómo, en muchas ocasiones, nuestras acciones individuales tienen influencia tanto sobre la atmósfera como sobre la habitabilidad del planeta.
Consecuencias:Conocemos las consecuencias que podemos esperar del efecto invernadero para el próximo siglo, en caso de que no vuelva a valores más bajos:
- Aumento de la temperatura media del planeta.
- Aumento de sequías en unas zonas e inundaciones en otras.
- Mayor frecuencia de formación de huracanes.
- Progresivo deshielo de los casquetes polares, con la consiguiente subida de los niveles de los océanos.
- Incremento de las precipitaciones a nivel planetario pero lloverá menos días y más torrencialmente.
- Aumento de la cantidad de días calurosos, traducido en olas de calor.
LLUVIA ASIDA
Lluvia Acidas
Se considera lluvia ácida a cualquier precipitación con un pH inferior a 5,65. En las redes de estudio de la lluvia ácida que se han puesto en marcha en diversos países, se han detectado numerosas precipitaciones con valores de pH inferiores a 5.
Desde el principio se sospechó que existía relación entre la contaminación atmosférica y la acidez de las lluvias. La composición química del agua de lluvia depende de la composición de la alta atmósfera, donde se forman las gotas por condensación, y también de las sustancias presentes en el recorrido de las gotas desde la alta atmósfera hasta el suelo. La precipitación tiene, pues, capacidad de incorporar los contaminantes existentes en el aire.
Efectos en los ecosistemas
En los bosques se han observado daños directos originados sobre todo por esos depósitos de partículas que se pueden convertir en ácidas posteriormente, pero también por las nieblas o lluvias con pH muy bajo. Además, parte de los efectos de lo que se ha llamado el declive de los bosques, se debe muy posiblemente a la influencia de las lluvias ácidas sobre los suelos, que quedan empobrecidos de elementos minerales básicos, como potasio, magnesio y calcio.
En los lagos y ríos se han advertido también descensos del pH debidos a las lluvias ácidas. En muchas ocasiones se ha observado una disminución del número de especies tanto vegetales como animales, ya que muchas de ellas son sensibles a la acidificación.
AVANCES TECNOLOGICOS
Como consumidor, una de las cosas que más me molesta de la tecnología 3D es que tengo que andar usando gafas para poder disfrutarla. Algunas personas sufren jaquecas y hasta mareos por este motivo y, además, el precio por momentos llega a asustar. Obviamente las compañías tienen esto clarísimo y muchas están trabajando para poder eliminarlos y presentar pantallas que sean 3D pero que no necesiten anteojos.
Al parecer un grupo de investigadores de Taiwán anunció que esta tecnología se podrá ver en todo el mercado global para el año 2015. La gente del Instituto Tecnológico de Investigación Industrial presentó una pantalla LCD de 42 pulgadas que no necesita estos anteojos en cuestión.
Obviamente esta tecnología es increíblemente necesaria para poder llevar las pantallas 3D a todas las casas del mundo ya que la convertiría en algo muchísimo más simple. ¿Por qué? Los investigadores dicen que uno de los motivos más importantes es el precio. Considerando que cada gafa cuesta aproximadamente US$200 invitar a 5 o 6 amigos a ver un partido de fútbol sería algo por demás costoso. ¿Cuál es el sentido de adquirir un dispositivo si no puedo disfrutarlo como se debe?
El problema más grande que presenta en estos momentos la tecnología presentada por los investigadores es la falta de contenidos. Si bien hay cosas que ya se pueden disfrutar, el líder del proyecto aseguró que tomará entre dos y tres años para que haya los necesarios como para que los consumidores estén contentos.
Eso sí, la pantalla de 42 pulgadas que mostraron no funcionaba tan bien como se esperaría. Por ese motivo el instituto todavía está mejorándola para que alcance a la que actualmente podemos ver a través de los anteojos. Mientras tanto, unas cuantas compañías trabajan en proyectos para poder desarrollar pantallas que no necesiten de anteojos para presentar contenidos en 3D, sobre todo en Japón y Corea del Sur.
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